viernes, 22 de junio de 2007

Triunfos en lo Ya-No

El emperador de Roma me hablaba dos días antes de la sucumbición: "será un desastre". El Dos Mil, gente en los estribos y más tarde en el dos mil tres no podrán extradicionar a la aurora, que radiante se desenfrena, de los éxitos logrados recientemente en aquella rádica y enérgica alma tranquila añares antes, proveniente de tardes de té y portiyed con canela.
Las fichas caen a mil rayos en un taxímetro, seis y veinte de la mañana, a velocidad rápida, refrescando la etérea eugenia, junto a los compañeros del éxito con quienes, luego, a las dos y cuarto de la tarde siguiente hablarán con San Pedro cuya tirada de cartas indicará un nuevo comienzo de sesiones rompehielos, para quien lea entrelineas, junto a aquella borracha y el aquel susano de tardes oscuras, de comprensión limitada pero contento al fin.
Agracederes en las añoranzas hacia aquel tiempo anterior que no logra más que llamar a un presente inaudito, proumulgante, fácil de a momentos.
En esta pantalla luminosa, tanino en des-aumento, podría lograrse alguna comprensión sin miedo al arrepentimiento futuro.
Y para aquellos que pregunten por la tranquilidad en reunión y aquella paz a través de la suma de barreras, a un lado háganse. Y para aquellos por favor y junto a mi, que tengan en este esfuerzo un llamado a la paz, pero a la cuestión interna, hacia la capacidad de lectura interna sobre los modales y el buen comportamiento interno, solo alcanzable a través del error y el comportamiento áspero, pero interno, sepan que la paz será conmigo si lo es contigo.
Es todo por ahora.