Todos me miraban y todos me gritaban. Ellos hablaban por mi y ellas hacian por mi.
Yo los odiaba.
Yo los odiaba.
Todos me miraban, ¡todos me gritaban!. Yo solo escapaba.
Algunos me silenciaban, posibilitaban que escapara. Yo los amaba.
Después:
¡Todos me miraban!, todos me adoraban, todos me atrapaban, todos me empujaban.
Yo, me miré y ¡no paro de mirar, no paro de gritar!
Y no voy a parar.