...-¿Me dice usted que lo califican de pedante? -pregunta el terapeuta.
-Verdaderamente no llego a comprender las causas por las que algunas personas, de las cuales desconocemos si poseen capacidad de razón, me llaman de tal manera, lo cual considero no solo inapropiado sino un atajo injusto a modo de calificar mi persona adelantadamente sin tomarse el esfuerzo por llegar a comprender si de lo que hablan se encuentra en las costas de lo cierto -responde el paciente.
-¿Usted siempre contesta así? -pregunta el terapeuta.
-Claramente. Tenga usted en cuenta que al momento en que una tercera persona eleva una pregunta al aire, me es imposible no contestarla completa y adecuadamente, sumando a esto que los intereses de los interrogadores son desconocidos por mi persona, necesito explicarme, en efecto, explicar sin dejar huecos vacíos (valga la redundancia) donde la mente de este ente (delante de mi) genere algún intento de realizar una suerte de nuevo razonamiento inapropiado y no solicitado directamente -responde el paciente.
-Ya veo -dice el terapeuta.