viernes, 20 de marzo de 2009

¿hAY cLARIDAD eN eL oRIENTE?


Casi se me va otro momento.

Y ahora que ando en esto, no sé por qué cosas más uno quiere preocuparse.

Quizás hayan probabilidades de detonación y por eso miro.

Claramente, la aurora, sin color, no hay color, es pálida.

Tardes naranjas, noches ruidosas.

Mediterráneo aperitivo, casi americano: comprensión, regulación, algo de premeditación.

Realidad. Pantalla a toda hora, sin parar ni un minuto, como si fuese un trabajo más.

El tiempo libre, un trabajo más.

Cabalgatas por el recurrente universo de lo anterior, irrepetible.

Hoy escucho, es un ruido constante ¿o sonido constante? y no para, una marea de autos a mi lado me acompaña a lo largo de las horas y de éste cabalgar.

Vivo, no existo, sólo vivo, ahora más que nunca, en este momento, cuesta ir al futuro. Fácil recurrir al pasado, mientras me llega la información, consciente, ya no hay más nada a lo que recurrir.

Seres que recurren, que me recurren, necesitan comprender ¿por qué?, quizás habré de encontrarme, esta vez, en una explicación, o más bien, y, mejor dicho, en una demostración.

Los hechos de esta aurora pálida me hablan y me traen ya mismo a mi propia comprensión, a mis llamados significantes, añares antes, a los que hoy les veo un significado, una asociación posible.

¿Será posible?