Es simple, para evitar los posibles trastornos indeseados, focalizarse en el presente, mantenerse en el mismo, en este mismo segundo, ahora este que sigue, y así en lo sucesivo. Evitar escapar rapidamente hacia el pasado, o hacia el futuro. Focalizarse en el presente y no entrar en pánico es la clave.
domingo, 23 de marzo de 2008
viernes, 14 de marzo de 2008
¡Sacarrácatelas y Vela Lila!
Ya me cansaron las fórmulas mágicas.
Solo quiero recorrer este camino, que no veo donde está, ni para que lado va.
Pero va tomando una.
Tomando dos.
Y así se supone que siguen las preguntas de por qué está tomando esta dirección o por qué parecería que está regresando a un punto donde anteriormente la dirección era inexistente, y ahora que la hay, retoma desde ahí un curso. Y para eso, no queda más que regresar al punto anterior y vérselas.
Parecería como si todo indicara que se trata de una regresión, pero ¿qué es una regresión?. Ah, si es claramente un retroceso, uno de esos que te llevan a estados psicológicos, si existen, del pasado; o quizás a formas de conducta de etapas anteriores, y tanta vuelta atrás sería a causa de todas las tensiones o conflictos no resueltos que venimos acarreando dentro de nosotros mismos por un largo tiempo.
Pero se supone que todo esto algún día terminaría de salir, y así veríamos la luz, la luz en la oscuridad; supuesta oscuridad con sol y palomas llenando los cielos de grises variados, si se lo quiere ver así, porque también hay unos gorriones preciosos que llenan los cielos de variados rojos y violetas.
Hace poco, cuando creía en las fórmulas mágicas, el amor vino a darme la bienvenida, a darme la mano del perfecto estado emocional, y yo, encantado, me encanté, me sentí distraído o embobado constantemente por él amor que me daba la bienvenida y yo le abrí, la puerta estaba abierta, la mesa estaba puesta, los platos servidos, las velas listas y todo sería delicioso, si, seguro que sí.
No creo que los chistes sean unas mentiritas que se dicen con risa y de buena onda, no creo en las fórmulas mágicas.
Yo creo en el poder.
Creo en el Diamante Eterno por el que han peleado los griegos y Platón, por el que peleó Rusia y por el que pelea la policía y la gendarmería y las fuerzas armadas, porque ellos saben algo, si, saben que no quieren saber nada y eso es lo mejor que nos han enseñado, a no saber nada, a creer en las fórmulas mágicas que San Martín tomó con su caballo blanco para hacer estruendos en los encadenados Andes y así, con esa fórmula, liberó a todas las personas de forma automática, con un solo botón pero sin luz eléctrica, fácil, políticamente correcto, bien planchado el pantalón porque la bandera no se plancha y luego así de frescos listo el dulce de leche, ¡nacional!.
Bajando un cambio, si creo en las estrellas y sus logros mágicos, sus logros del día a día. Creo en el sudor, el ardor, la picazón molesta, los malestares del estancamiento y el postramiento. Creo que no sirve de nada disimular y creo que está considerado –mal- ejecutar la acción de la palabra que es en realidad un verbo, el mismo es: –ser- porque nos ha llegado cierta información a algunos, en algún momento, allá, que decía y decía, y decía e indicaba y señalaba e importunaba sin piedad.
Hartas están las canciones de repetirnos lo mismo, ¡hartas!, ya las van a escuchar. ¡Ya!
Bueno Senk Iu y Adiós, quizás nos vemos en cualquier momento que será seguro aquel ahora en el que estemos pensando en este hoy.
Solo quiero recorrer este camino, que no veo donde está, ni para que lado va.
Pero va tomando una.
Tomando dos.
Y así se supone que siguen las preguntas de por qué está tomando esta dirección o por qué parecería que está regresando a un punto donde anteriormente la dirección era inexistente, y ahora que la hay, retoma desde ahí un curso. Y para eso, no queda más que regresar al punto anterior y vérselas.
Parecería como si todo indicara que se trata de una regresión, pero ¿qué es una regresión?. Ah, si es claramente un retroceso, uno de esos que te llevan a estados psicológicos, si existen, del pasado; o quizás a formas de conducta de etapas anteriores, y tanta vuelta atrás sería a causa de todas las tensiones o conflictos no resueltos que venimos acarreando dentro de nosotros mismos por un largo tiempo.
Pero se supone que todo esto algún día terminaría de salir, y así veríamos la luz, la luz en la oscuridad; supuesta oscuridad con sol y palomas llenando los cielos de grises variados, si se lo quiere ver así, porque también hay unos gorriones preciosos que llenan los cielos de variados rojos y violetas.
Hace poco, cuando creía en las fórmulas mágicas, el amor vino a darme la bienvenida, a darme la mano del perfecto estado emocional, y yo, encantado, me encanté, me sentí distraído o embobado constantemente por él amor que me daba la bienvenida y yo le abrí, la puerta estaba abierta, la mesa estaba puesta, los platos servidos, las velas listas y todo sería delicioso, si, seguro que sí.
No creo que los chistes sean unas mentiritas que se dicen con risa y de buena onda, no creo en las fórmulas mágicas.
Yo creo en el poder.
Creo en el Diamante Eterno por el que han peleado los griegos y Platón, por el que peleó Rusia y por el que pelea la policía y la gendarmería y las fuerzas armadas, porque ellos saben algo, si, saben que no quieren saber nada y eso es lo mejor que nos han enseñado, a no saber nada, a creer en las fórmulas mágicas que San Martín tomó con su caballo blanco para hacer estruendos en los encadenados Andes y así, con esa fórmula, liberó a todas las personas de forma automática, con un solo botón pero sin luz eléctrica, fácil, políticamente correcto, bien planchado el pantalón porque la bandera no se plancha y luego así de frescos listo el dulce de leche, ¡nacional!.
Bajando un cambio, si creo en las estrellas y sus logros mágicos, sus logros del día a día. Creo en el sudor, el ardor, la picazón molesta, los malestares del estancamiento y el postramiento. Creo que no sirve de nada disimular y creo que está considerado –mal- ejecutar la acción de la palabra que es en realidad un verbo, el mismo es: –ser- porque nos ha llegado cierta información a algunos, en algún momento, allá, que decía y decía, y decía e indicaba y señalaba e importunaba sin piedad.
Hartas están las canciones de repetirnos lo mismo, ¡hartas!, ya las van a escuchar. ¡Ya!
Bueno Senk Iu y Adiós, quizás nos vemos en cualquier momento que será seguro aquel ahora en el que estemos pensando en este hoy.
Etiquetas:
Destino,
diamantes,
facturas al señor,
facturas y remitos al señor
Suscribirse a:
Entradas (Atom)