Dos meses y ponemos la ilusión a lavar (a ver si en una de esas se ve más clara) así se le van las manchas.
Quizás esta vez era cierto y no pudo ser debido a algunas (no todas) intrincadas cláusulas e imposibles lineamientos de la vida. Lineamientos que ejecutan aquellos que no creen en el destino.
El destino hace y deshace ¿no lo creés? Te acerca un antídoto anti-amor para que te manejes.
Dicen (gritan y sugieren) que no hay mal que por bien no venga y este mal entonces se filtra por mis venas intoxicándome, dándome dolor ¡placer!
Sanar el dolor, recomponer las flores ¡llorando por ello! en mi soleado balcón. Flores que algún desconocido (bien conocido) pisoteó enérgicamente.
Quien no arriesga no gana dicen ¿o no lo creés?
Las fichas las pongo todas sobre la mesa ¿vos las guardás?
No hay términos medios ¿existen? Se suponía que no era un juego, era solo una apuesta que debía ganar.
Habiendo perdido quién te dice si quizás no he ganado.
El destino sigue vivo latiendo y enviándome cartas, una de ellas llegó hoy y dice: “amor en el aire” ¿qué querrá decir? Leo, releo y me pacífico en sus cantares de emoción.
Amo la brillantina que corre por mis venas y en mi corazón.
Estoy listo, te puedo pintar a vos que no te conozco lo suficiente. Vos que en realidad sos ese yo que desconozco.
Sé que estás dentro de mi.
¿Suficientemente dark?
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